Durante siglos los braseros fueron uno de los principales sistemas para calentar espacios, tanto en el ámbito doméstico como litúrgico. Los primeros braseros de hierro forjado identificados son del siglo XII. Conocidos como braseros románicos, tienen forma de caja con las paredes formadas por volutas.
Esta tipología se continuó produciendo hasta el siglo XVI cuando las volutas fueron sustituidas por balaustres y se amplió el repertorio de formas de la caja.
Este apoyo de brasero de forma circular tiene la pared formada por balaustres recortados.