En 1931, Berni regresó al país luego de una estadía de casi seis años en Europa, donde había comenzado a trabajar en una serie de pinturas inspiradas en el surrealismo francés y la escuela metafísica italiana. Al año siguiente expuso un conjunto de esas obras en la Asociación Amigos del Arte –una institución de enorme impacto en la escena cultural local–, que incorporaban recortes de revistas, postales y fotografías. El público y la crítica recibieron la muestra con perplejidad e incomprensión, e incluso tres de las dieciocho obras exhibidas fueron censuradas y retiradas de la sala. "Susana y el viejo" forma parte de ese conjunto. El collage está inspirado en un relato bíblico en el que una joven, inocente y temerosa de Dios, tras ser acusada de adulterio por dos viejos jueces de Babilonia que la acosaban, es salvada por el profeta Daniel. En la obra de Berni, la mujer –cuyo rostro es una fotografía de Greta Garbo, la célebre actriz de Hollywood, montada sobre la tela– es observada por un aristócrata de traje elegante y prolijo bigote que permanece en penumbras en la parte izquierda del cuadro. Para reforzar el efecto dramático, Berni rompe con el “buen gusto” de la época y utiliza una composición desproporcionada y colores disonantes.