La cocina de Castilla y León está estrechamente relacionada con los trabajos de campo y el clima frío de los meses de invierno, de ahí que sus productos y recetas sean potentes. Es el caso de los embutidos, muy relevantes en estas provincias. Se usan para los guisos de legumbre, las sopas, empanadas o platos populares como las migas, preparadas con pan, ajo, embutidos y partes del cerdo, como la panceta.