Muñeco de cerámica que representa una figura masculina sentada de frente. La cabeza es grande en comparación con el cuerpo. El rostro está trabajado de una manera tosca: grandes ojos incisos almendrados, torcidos en los extremos hacia abajo, nariz chata, labios muy gruesos, quedando muy marcada la zona del mentón. El pelo está recogido hacia atrás y lleva una especie de turbante que deja al descubierto las orejas, de las que penden dos pendientes triangulares. Viste una túnica con cuello a la caja y adornos en los puños. El pantalón se ciñe a los tobillos mediante una incisión. Se trata de la primera figura de bulto redondo localizada en la ciudad de Córdoba y perteneciente a época islámica. Está tocando una especie de tambor, tubular, con una pequeña escotadura cerca del borde. Los tambores pueden ser de forma cilíndrica, en forma de reloj de arena o de cáliz, que ha perdurado en el Norte de África en la actualidad. La música de percusión era bastante apreciada en al-Andalus.