Las piezas romanas en terracota tuvieron una gran producción en todo el imperio, ya que eran uno de los elementos más comunes que se regalaban en las fiestas de las saturnalias no solo a los niños sino también a los adultos, pero también porque fueron objetos polifuncionales que se utilizaron en muchas situaciones de la vida de los romanos.
De esta forma, eran juguetes que se regalaban a los niños, ofrendas llevadas a los templos para pedir algún deseo a los dioses o darle las gracias por haber concedido la petición, figuras integrantes de los lararios (altares) domésticos y, por último, objetos integrados en los ajuares de las tumbas, fundamentalmente de sepulturas infantiles.
La terracota estaba pintada como demuestran algunos restos de pintura roja conservados alrededor del ojo derecho y entre los intersticios de las líneas de los cabellos peinados.
La cronología de esta pieza sólo se puede discernir a partir de sus rasgos tipológicos ya que fue hallada en el estrato superficial existente en Cástulo.
El tocado de la figura que parece corresponderse con el peinado de tipo nodus, nos indicaría una cronología en torno al siglo I d.C., sin embargo, la falta de la parte izquierda del peinado y de toda la zona posterior hace imposible saber si ofrecería un desarrollo vertical típico de los peinados del S II.