El mecánico francés Joseph Marie Jacquard (1752-1834) inventó la máquina que lleva su nombre y que fue presentada en público en 1804 en Lyon. Acoplada a un telar, permite la evolución independiente de cada uno de los hilos de urdimbre, que puede ser levantado o no individualmente y, por tanto, ofrece la posibilidad de reproducir dibujos más grandes y más complicados que con la máquina de lizos. El telar Jacquard funcionaba con unas tarjetas perforadas que marcaban la secuencia de subidas y bajadas del hilo. Este funcionamiento inspiró posteriormente, con gran éxito, el sistema de tarjetas perforadas para codificar información y automatizar su tratamiento estadístico.