Cuadro de grandes dimensiones (casi dos metros de altura) y, aun así, a mitad del tamaño de la obra con la que José Casado del Alisal obtuvo una mención honorífica en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1881, propiedad del Museo del Prado depositada en el Ayuntamiento de Huesca. Enmarcada dentro del género de la pintura de historia, muy apreciado en el siglo XIX, la obra del Museo de Huesca, realizada en 1880, difiere de la del Prado en el ya comentado tamaño y las tonalidades, que aquí son más oscuras. El cuadro narra el desenlace de la leyenda de la Campana de Huesca cuando el rey Ramiro II de Aragón muestra a los nobles de su reino las cabezas cortadas de aquellos que habían desafiado su autoridad. La tradición sitúa este hecho en la Sala de la Campana del palacio de los reyes de Aragón que actualmente forma parte del Museo de Huesca.