Este mosaico da nombre a una de las casas romanas más conocidas y mejor conservadas de Itálica y constituye el pavimento de una de sus salas de recepción.
Presenta una decoración de cuadros con representaciones de aves insertadas. Entre las especies más notables encontramos un pavo real, un águila, un gallo, una paloma, un gorrión, una garza, un ganso, un loro y un pato ánade real.
En el emblema central del mosaico, casi completamente perdido, es posible ver los restos de una cabeza con una cinta, lo que sugiere la presencia de una escena musical o teatral.
Se encontró durante las excavaciones arqueológicas de Andrés Parladé, entre 1930 y 1932.