El centro de la composición está ocupado por la representación de Jesús Crucificado y a ambos lados, simétricos y oblicuos, casi de perfil, las figuras del buen y el mal ladrón, Dimas y Gestas respectivamente. Jesucristo se representa en el momento de la expiración, cuando alzando la mirada al Padre pronuncia la frase: ´Padre en tus manos encomiendo mi Espíritu´ que aparece escrita en alemán en la parte superior de la pintura (´vater in dein hendt befil ich mein gaist´). Las tres cabezas, como dice Angulo, ´tienen una profunda expresión dramática, y están ejecutadas con maestría extraordinaria´.
En la parte inferior de la escena aparece el centurión a caballo, vestido anacrónicamente siguiendo la moda germana de la época de la pintura. De sus labios sale la siguiente frase escrita en alemán: ´Verdaderamente este Hombre era el Hijo de Dios´ (´Warlich diser mensch ist gotes sun gewest´).
El fondo de paisaje aparece divido en dos planos. En la parte superior el cielo se muestra totalmente oscurecido y la zona inferior se abre a un paisaje árido con la representación de la ciudad de Jerusalén en la lejanía.