En este diorama se representa la tragedia de la localidad de Castilblanco (Badajoz) el 31 de diciembre de 1931, concretamente en la calle Calvario, en donde permanecieron por más de siete horas los cadáveres del cabo José Blanco Fernández y los guardias civiles Agripino Simón Martín, José Mato González y Francisco Gonzalez Barroso, que componían la dotación de aquel puesto de la Guardia Civil. Fuero asesinados y ultrajados sus cadáveres al intentar disolver una manifestación ilegal en aquella localidad.