Igual que sucede con la Virgen, ca. 1894, fue Luis Gargallo quien, por su propia iniciativa, patinó el modelo original.
Aunque más tarde abominase del éxito de ciertas esculturas del coloso francés, la influencia inmediata (y ciertamente pasajera) que sobre el trabajo de Gargallo ejerció el conocimiento directo de la obra de Auguste Rodin queda, indudable y arquetípicamente, puesta de manifiesto en esta obra de la época de formación. Guarda, por otra parte, notable relación con la pareja que protagoniza la decoración de la campana de la Chimenea del doctor Petit, 1904.