La escena de la Dormición de la Virgen la representa en su lecho de muerte, con las manos cruzadas. En medio de los doce apóstoles aparece Cristo que recibe en sus brazos el alma de su madre, en forma de niña nimbada y fajada, como un recién nacido. Sobre Cristo se ubican ángeles para llevar el alma de la Virgen al cielo. San Pedro, en primer plano a la izquierda, balancea un incensario, al tiempo que San Pablo se encuentra a la derecha.