La belleza abstracta existente en el Palacio de los Leones derivada de su composición arquitectónica y decoración simbólica se complementa con las bellísimas imágenes de personas, animales, objetos y arquitecturas que se muestran pintadas en las cubiertas de las tres habitaciones de la Sala de los Reyes.
La técnica empleada en la realización de las tres pinturas es mixta, piel de carnero sobre madera, y fueron utilizados como materiales pigmentos aplicados sobre una capa base de estuco con aplicaciones de láminas de dorado con detalles hechos con pincel también en dorado. Pertenecen al arte nazarí de finales del siglo XIV, desconociéndose su autoría, y permiten imaginar cómo sería la vida cotidiana en los palacios nazaríes.
La primera de las habitaciones de la sala, en el costado Sur, es conocida como: Sala de la Dama jugando al ajedrez, porque en la pintura que la cubre se encuentra una joven conversando con un hombre, también joven, separados por un tablero de ajedrez. En el Museo de la Alhambra se exhibe un ajedrez (juego introducido en la península ibérica en el siglo IX), hecho en madera con decoración de taracea, tal que la parte posterior del tablero presenta otro juego, el de las “tablas”. Este hecho incita pensar acerca de cuál sería la vida que llevaban a cabo quienes estaban al servicio de Muḥammad V y su entorno familiar viviendo en el ‘Jardín Feliz’.
Tanto la pintura de esta primera habitación como la de la tercera, situada al Norte y conocida como la Sala de la Fuente de la Juventud, ofrecen imágenes sobre la vida palaciega. En ellas se muestran escenas de guerra, de caza y, de forma bellísima, el paso de las horas del día enfatizando el diálogo entre enamorados en los “castillos de amor”, un motivo iconográfico profano ampliamente desarrollado en las artes figurativas europeas del siglo XIV y que incorporara a sus poemas Jorge Manrique, uno de los mejores poetas castellanos del siglo XV. Consistente en la representación de un castillo, o torre, habitado únicamente por mujeres (en concordancia con el carácter femenino del Palacio de los Leones), las cuales se defienden de los caballeros que intentan sitiar la fortaleza arrojándoles flores. El análisis de los vestidos de los personajes que figuran en estas pinturas ha sido objeto del magnífico trabajo llevado a cabo por la profesora Carmen Bernis Madrazo (Bernis Madrazo, C. 1982).
El Palacio de los Leones fue construido en el segundo mandato de Muhammad V, entre 1362 y 1391. El libro Libro de las maravillas del mundo, también conocido como Viajes de Juan de Mandeville, narra los viajes del personaje ficticio Juan de Mandeville (Jehan de Mandeville) Aparecido en 1356, habla de la Fuente de la Juventud. Este libro, junto con El libro de las maravillas de Marco Polo, sirvieron de fuente de información fundamental a los europeos en el tema del Oriente, siempre visto desde la perspectiva de lo maravilloso (prueba de su vigencia es que en una fecha tan tardía como la de 1521 se traduce el libro al castellano). El pseudo-viajero llega a afirmar que ha bebido en la fuente de la juventud:
«Y al pie desta montaña [Plumbe] está una fuente que ha olor y sabor de todas las especias, y en cada hora muda su olor y su sabor; y si alguno bebe de aquella agua tres vegadas en ayuno, sana de cualquier enfermedad que haya. Y los que allí moran beben muchas veces de aquesta agua, por lo cual ellos no tienen alguna enfermedad. E yo he bebido tres o cuatro vegadas de aquella agua, y parésceme que yo valgo más por aquello agora. E dicen que aquella fuente viene del paraíso, y que por tanto es tan virtuoso. E por tanto éstos que cada día beben della, paresce que sean mozos. Por donde algunos dicen que la llaman la fuente de la mocedad, por lo que suso es dicho»
(Lib. II, cap. XLIII, Mandevila 1984: 112)
El color del agua que esta fuente contiene deriva del olor y sabor de la Alhambra huele a mocedad, a verde esperanza.