Un joven elegantemente vestido mira cómo una mujer termina de beber una copa de vino. El caballero tiene la mano en una jarra y parece estar esperando para volver a llenar el vaso de la dama. Vermeer tomó la temática tradicional de "vino, mujer y canción", y se inspiró en una imagen de ter Borch para convertir este cuadro en un distinguido cara a cara. En el cuadro de ter Borch, el caballero tenía su brazo alrededor del hombro de la mujer, pero Vermeer no da ninguna indicación explícita sobre la naturaleza de la relación que une a esta pareja. Es incierto si el consumo de alcohol conducirá a un exceso, aunque el artista incluye ciertos indicios para suponerlo. La tiorba apoyada en la silla, un instrumento que aparece con frecuencia en sus cuadros, simboliza armonía y frivolidad. El panel de la ventana que tiene el escudo de armas también muestra a una mujer que sostiene una brida, un atributo de la templanza (moderación). Vermeer maneja la luz que entra por el vitral y su interacción con personas y objetos de una manera magistral. En sus pinturas posteriores, Vermeer usó la "cámara oscura", que abrió nuevas oportunidades de expresión y diseño para los artistas, con el fin de capturar el efecto de la luz y los colores de manera más efectiva.