En este cuadro, Vermeer eligió un punto de vista inusual. Desde las profundidades de un espacio sombrío, se nos muestra una habitación. Una mujer bien vestida ha dejado de tocar música tras haber recibido una carta. Está mirando expectante a la criada. El tema de la misiva podría estar relacionado con el paisaje marino que aparece detrás de las dos mujeres. En el siglo XVII, era común comparar el mar con el amor y al amante con un barco.
De la colección de P. y J. F. van Lennep (Ámsterdam), entre otros. Comprado en 1893, con el apoyo de Vereniging Rembrandt.