Obra encargada por el oidor o juez Juan del Barrio de Sepúlveda en 1599, como regalo para Felipe III. Representa a Francisco de la Arobe y sus hijos Pedro y Domingo, caciques de la región ecuatoriana de Esmeraldas que, tras la "conversión, reducción, asentamiento y doctrina de los mulatos, cristianos, infieles y la guerra en la provincia de Esmeraldas", se someten a la autoridad de la Corona Española. Los tres personajes, que habitualmente solo llevaban "mantas y camisetas como los demás indígenas", han cubierto para esta ocasión "su negrura con el jubón y la capa españolas para enviar como recuerdo al Rey, vestidos a la usanza española", según relata el propio oidor, que también describe el adorno caracterizado por "argollas de oro llanas al cuello, y las narigueras, orejeras, bezotes y sortijas en la barba y botones en las narices", propio del mundo indígena de su entorno. La imagen queda completa con la lanza con punta de hierro como referencia al mundo africano. Europa, África y América están presentes en esta obra en la que un pintor indígena Andrés Sánchez Gallque utiliza el lenguaje pictórico occidental para transmitir al rey de España la imagen del sometimiento a la Corona de una parte de la población conocida como "cimarrones", huidos de los barcos españoles que habían naufragado en la costa del Pacífico y que se convirtieron en caciques de la población indígena.