Posteriormente fueron donadas por el autor dos obras: El nahual pasea por el río y un paisaje sin título, ambas piezas narran creencias populares. En la primera aparece nuevamente un río por el que cruza un personaje en bicicleta. Como en el resto de su obra, en esta escena destacan el cromatismo violento y las formas abigarradas, formando un conjunto en el que todos los elementos están sujetos a la estructura de la composición.