En Los capataces la parte central son dos hombres que aparecen en primer plano frente a un horizonte bajo, de llanura, sobre el que se ven los peones que participan en el rodeo. Los personajes centrales visten ropas de calidad, con largo chiripá, rastra y facón. Uno de los hombres, parado, pasa su brazo izquierdo sobre el recado; el otro permanece montado. En el cielo, el celeste apenas está interrumpido por las nubes.
Hacia 1860, época en la que Pueyrredón pintó esta obra junto a Apartando en el corral, se advierte en sus pinturas, en particular en las de género costumbrista, la tendencia a una representación naturalista muy sencilla, no exenta de rasgos románticos.