En 1843, tras los procesos desamortizadores, el monasterio de Montearagón pasó a manos de particulares. Ante su progresivo deterioro, se consiguió la cesión y donación a la reina Isabel II. El cuadro representa una vista del castillo de Montearagón y el acto de la toma de posesión del monasterio por el oficial de intendencia de la Real Casa, el 2 de julio de 1859. A este asistieron las primeras autoridades civiles, militares y eclesiásticas y la fuerza militar que esperaba a la comitiva en orden de parada. A modo de conmemoración, el pintor oscense León Abadías quiso plasmar este acontecimiento en lienzo y presentárselo a la reina, aunque el cuadro nunca llegó a Madrid.