Pintor paisajista decimonónico discípulo, del maestro Modest Urgell. Joan Roig Soler residió durante largas temporadas en las costas de Italia y Andalucía para profundizar en los efectos de la luz. Desde 1878 hasta la fecha de su muerte, en 1909, Roig Soler trasladó a sus telas los más bellos panoramas de las playas y costas de Mallorca, Sitges, Vilanova i la Geltrú, Tossa, Blanes, Lloret de Mar y otras poblaciones de la Costa Brava. Pintó también el paisaje pirenaico de las comarcas del Ripollès y la Cerdaña, así como varias vistas urbanas de Barcelona. Joan Roig Soler tenía un temperamento impulsivo y vigoroso que sabía transmitir a sus telas mediante contrastes violentos, celajes encendidos y colores y luces intensas. La pintura representa unas viejas barcas convertidas en barracas en la playa de Malgrat.
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