Los Contrabandistas

Escena con diversos personajes populares junto a una humilde venta en el campo sobre un fondo montañoso. A la izquierda de la composición, frente a la fachada de la venta, un hombre bebe de un botijo y dos hombres conversan vestidos con indumentaria levantina. Junto a ellos, otra pareja formada por una maja que posa su mano sobre el hombro de un hombre vestido con sombrero calañés, traje negro y fajín, que apoya en el suelo un trabuco. En el centro y más atrasados se aprecian dos jinetes montando o preparando los caballos. A la derecha, un grupo formado por un hombre a caballo junto a un sirviente, situados detrás de la figura de un mozo con traje típico andaluz, que se apoya sobre un caballo blanco que porta en sus alforjas unos estoques de torero. Destaca en la composición el detallismo con el que son tratados los trajes y los objetos que aparecen desperdigados por toda la escena, como las alforjas, el trabuco, la bota de vino y la guitarra que aparecen en el suelo.
Este lienzo, en fecha temprana como 1829, supone un anticipo de lo que será el costumbrismo en nuestro país y sobre todo en la región andaluza. Los contrabandistas, los majos y los toreros, constituirán los arquetipos más apreciados por este género costumbrista. Durante todo el siglo XIX, veremos cómo los viajeros foráneos tendrán un papel destacado en la creación del mito y de la imagen romántica de España, como un país exótico, en la que la figura del contrabandista tendrá un lugar preponderado.
El pintor Pharamond Blanchard visitó España por primera vez en 1826, emplazado por José de Madrazo, junto a otros artistas franceses, para establecer el Real Establecimiento Litográfico. En Madrid trabajó como acuarelista y como litógrafo, pero donde obtuvo excelentes logros fue en la representación de escenas taurinas. De hecho, el Museo del Romanticismo conserva una serie de diez estampas de esta temática, pertenecientes a la serie litográfica "Courses de taureaux / Corridas de toros" (Inv. CE0836/1-10). Blanchard participó también como miembro de la comisión, dirigida por el barón Taylor, que visitó nuestro país, entre 1836 y 1837, con la misión de comprar cuadros de la escuela barroca, destinados a la Galería Española de Luis Felipe en el Museo del Louvre. Blanchard realizó también otras obras costumbristas, con la misma estética, en países como México y Rusia.