Se trata de un boceto preparatorio para una de las composiciones pintadas como cartones sobre los cuales se iban a tejer los tapices destinados al comedor de los príncipes (los futuros Carlos IV y María Luisa) en el Palacio de El Pardo. El boceto se mostró a Carlos III en mayo de 1787, y los cartones, que ahora están en el Museo del Prado, llegaron finalmente a pintarse.