Virgen y san Juan

Estas dos tablas, obviamente pensadas para complementar la escenografía monumental de un Calvario, provienen de la capilla del Santo Cristo de la iglesia parroquial de Santa Coloma de Centelles, donde flanqueaban a un Crucifijo quemado durante la Guerra Civil. La capilla fue sufragada por el barón Lluís I de Centelles y fue bendecida en 1535. El autor de las tablas optó por unas figuras marcadamente italianizantes sobre un paisaje de cierto sabor flamenco, muy rico en detalles; tanto para las figuras como para el paisaje se inspiró, como era habitual, en grabados de otros artistas. Estos rasgos reflejan un estadio ya avanzado en el camino que experimentó la pintura catalana a lo largo del siglo XVI: el abandono progresivo de los referentes nórdicos en beneficio de los italianos. Atribuidas por Josep Gudiol y Chandler R. Post a Joan o Perot Gascó, la historiografía más reciente coincide al notar que el estilo de estas dos tablas es significativamente diferente del de las obras documentadas o atribuidas con firmeza al mismo taller.