Esta extraordinaria tabla es un claro ejemplo de las innovaciones del pintor holandés de arquitecturas Pieter Jansz Saenredam, que fue el primero en representar edificios existentes con una original forma de trabajo. Previamente elaboraba bocetos y mediciones in situ, que después perfeccionaba en su estudio donde realizaba los dibujos de construcción. Finalmente, y tras varios años, concluía sus óleos trasladando sus delicados diseños a los soportes correspondientes. Su objetivo era retratar los edificios de la manera más perfecta posible, lo que, en ocasiones, le llevó a alterarlos. La monumentalidad de sus obras se transmite gracias a la claridad y sencillez de los espacios arquitectónicos y a la paleta de gama clara que los ilumina.