Durante las excavaciones arqueológicas que tuvieron lugar en la Catedral a mediados del siglo XX tuvo lugar uno de los más importantes hallazgos: el descubrimiento de la lauda que cubría el sepulcro de Teodomiro.
Este hecho es de gran importancia ya que Teodomiro de Iria, el decimoquinto obispo de la diócesis, forma parte del relato de la inventio del sepulcro apostólico. La lauda había sido reutilizada en la construcción de la segunda basílica compostelana, construida por Alfonso III, en donde se encuentra en 1955, formando parte de los restos del muro sur de dicho templo.
La lauda, además de poseer una inscripción en la que se detalla la fecha del fallecimiento de Teodomiro, es de vital importancia para todo lo que al relato jacobeo se refiere.