El sistema tradicional de envejecimiento de los vinos de Jerez es el de criaderas y soleras. Las botas -toneles donde se almacena el vino- se colocan en filas en altura, unas encima de otras, y conectadas entre sí. Las de la fila superior (1ª criadera) contienen el vino más joven; las de la fila de en medio (2ª criadera), el vino más viejo, y las de la parte inferior (solera), el vino de crianza, mezcla de otros vinos. El vino para consumir se saca de la solera. Las botas se van rellenando con vino procedente de la criadera superior, y el de la primera criadera, con vino nuevo. Esto hace de la solera una mezcla compleja por el número de añadas que la componen no pudiéndose saber exactamente de qué año es el vino, aunque sí que tiene una media de edad de 20 o 30 años.