La fundación del monasterio de Sant Pere de Casserres se debió a la iniciativa de los vizcondes de Osona, pero también hay que decir que otras familias nobles del entorno, como los Cabrera, los Tavertet, los Savassona o los Sau, también tuvieron vínculos con el monasterio y que algunos de sus miembros fueron enterrados allí. Este sepulcro pertenece a la familia Tavertet que se identifica gracias a su señal heráldica, una figura llamada «roque» que se encuentra repetida insistentemente en toda la superficie del sepulcro. El mecenazgo de los Tavertet era perceptible en otros lugares del monasterio de Casserres, y así su señal heráldica también se puede ver representada en la base y la pila de agua bendita que proceden del mismo lugar y que se exponen junto con este sepulcro.