Ilustración de Arturo Redondo sobre la Plaza de la Contratación de Sevilla en 1519.
¡Ojo! En una ciudad de tanta actividad y mercadeo como Sevilla, donde se dan cita castellanos, portugueses, genoveses, flamencos y qué sé yo cuántos más de las más diferentes naciones, conviene dejar bien asentados los tratos por escrito… que las palabras se las lleva el viento.
Para poner orden en el tráfico de las Indias se creó en 1503 la Casa de la Contratación, alojada en varios cuartos del Real Alcázar, con fachada a una placeta por donde los escribanos y oficiales de la pluma se afanan con sus clientes para dar fe de sus negocios.