Pintura de gran formato que ilustra la llegada de los restos mortales de Santiago el Mayor a las costas de Galicia. Acompañando al cuerpo del Apóstol, nos encontramos con una comitiva encabezada por unos angelotes y seguida por diversos personajes, entre los que se encuentran los discípulos Teodoro y Atanasio, todos ellos guiados por mediación de un ángel. A través de esta figura angélica el artista trata de destacar un hecho importante: la llegada del cuerpo integro de Santiago, cuya cabeza aparece con una aureola dorada en la que se puede leer “S. Iacobus Maior”.
Por lo demás, esta obra, creada en el 1858, constituye una de las obras más tempranas del pintor español Raimundo de Madrazo.