La Virgen de Kazan representa a la Virgen en busto, de tres cuartos de frente, con la cabeza inclinada hacia su Hijo. Él se encuentra en posición frontal, con la fisiognomía de un adulto, y bendiciendo con la mano derecha. Según la leyenda, esta representación fue traída desde Constantinopla a la ciudad de Kazan (Rusia) en el siglo XIII. Con la invasión de los Tártaros, esta imagen desapareció, siendo descubierta en el siglo XVI, tras la liberación de Kazan por Iván el Terrible. Sobre la imagen central, se observa la Trinidad al interior de un círculo, la Virgen María a la derecha y San Juan Bautista a la izquierda. Otros ángeles y personajes santos acompañan la escena. Se trata de un tipo de representación de la Deisis, escena cuya formulación clásica muestra al Cristo Pantocrátor al centro, y a la Virgen y San Juan Bautista a sus costados, intercediendo por la humanidad en el momento del Juicio Final.