A juzgar por los adornos corporales que usaban y los numerosos objetos de claro uso ritual, los habitantes de las áreas planas y pantanosas del valle del río Cauca debían tener una actividad ceremonial muy intensa. La música por supuesto era un elemento imprescindible en estas actividades; de ella nos han quedado instrumentos primorosamente fabricados. Esta trompeta fue elaborada a partir de tres fragmentos de huesos largos de algún mamífero. La unión de los huesos tanto como el ahuecado de los mismos fue un trabajo impecable. Los huesos fueron grabados con motivos decorativos y sobre ellos se adhirió una delgadísima lámina de oro que de manera sorprendente no muestra arrugas ni prácticamente ninguna huella de uniones. La lámina ya pegada al hueso se repujó retomando del hueso los diseños de espirales dobles separados en secciones por líneas paralelas que disimulan la unión de los tres fragmentos. El resultado es trompeta que asociaba la muerte –el hueso– con la vida –el brillo dorado del sol– y que hoy disfrutamos como una verdadera obra de arte. JSS