El MUSA presentó en 2013 la exposición Todos mis muertos, con mas de doscientas cincuenta piezas, entre objetos encontrados, instalaciones y dibujos. Desde entonces, el museo conserva en sus acervos una pieza sin título, trabajada en grafito, acuarela y punta de plata, técnica esta última, que requiere de adiestramiento y precisión. A estos elementos añade toques de color logrados mediante su propia sangre, y usa como soporte del dibujo un material sintético con mezcla de resinas naturales, usado para la construcción. Mediante un dibujo minucioso busca reproducir fielmente el aspecto de una corteza milenaria desarraigada de la tierra, con líneas cortas que aparecen saturadas en las partes sombreadas y con menor densidad en las zonas de luz.