Mientras Doris Salcedo cursaba un máster de arte en la Universidad de Nueva York, conoció la obra de Joseph Beuys y descubrió “el concepto de ‘escultura social’, la posibilidad de dar forma a la sociedad a través del arte”. La inestabilidad política que encontró cuando regresó a su Bogotá natal la llevó a participar en proyectos que abordaban las consecuencias diarias de la violencia. Sin título forma parte de una serie inacabada que comenzó en 1989, en la que utiliza componentes ensamblados como vehículo para explorar la dramática historia política de Colombia. Al igual que en otros conjuntos de obra, en ella emplea mobiliario de madera para aludir al cuerpo humano y su ausencia. La artista ha afirmado: “Todas las obras que he creado hasta ahora contienen pruebas directas de una víctima real de la guerra de Colombia”. En la serie, armarios y mesas ajados por el paso de los años son reensamblados en configuraciones híbridas, y sus huecos y parte de su superficie están cubiertos de hormigón. Gracias a las cualidades del material, las nuevas formas funcionan como testigos silenciosos de narrativas personales y colectivas.