Sin título fue la aportación de Kounellis a la Bienal de Venecia de 1988 y fue expuesta sola en una sala del pabellón italiano. La pieza está formada por una fila de planchas metálicas idénticas —cada una de las cuales tiene el tamaño aproximado de una cama, con la intención de evocar la presencia corpórea— montadas en la pared a cierta altura del suelo. En cada panel, hay seis sacos llenos de carbón que se sostienen por la presión que ejercen unas vigas en forma de I. En una combinación típica de la obra Kounellis, los sacos irregulares y desiguales y la materia orgánica que contienen se superponen sobre las unidades modulares repetidas, con sus duras formas industriales que recuerdan al Minimalismo americano. Sin título refleja el permanente interés del artista por el carbón, un residuo de energía terrenal íntimamente ligado al fuego y que sugiere el potencial de transformación y cambio. Kounellis también habla de esta pieza aludiendo a la tradición del arte y la arquitectura eclesiásticos: ha llegado a sugerir que la posición de los paneles en la pared guarda relación con la altura a la que se colgaban las pinturas italianas del siglo XIV, y ha relacionado la instalación con el paso por el triforio de una iglesia gótica.