El espacio, el tiempo y el movimiento forman una tríada representada mediante soluciones geométricas heredadas del cubismo, a la que hay que añadir el color, siempre trabajado con transparencia y luminosidad como recurso para la segmentación temporal y espacial en la composición.
En el grabado titulado Vértigo se vale nuevamente de la segmentación del espacio para expresar dos momentos de la caída de un individuo.