Esta pieza datada en el Neolítico (V milenio a. C.) procede de la Cueva de Chaves (Bastarás, Huesca), yacimiento de gran interés por los restos encontrados en él en las sucesivas campañas de excavación desde los años 80 hasta su destrucción en el año 2007. Es una vasija de forma ovalada y prácticamente exenta de ornamentación. Esta se reduce a la parte superior de la pieza y es de índole plástica: un cordón digitado a guisa de collarete que corre cerca del borde. Entre este y el cordón se hallan dos pequeñas asas anulares verticales, las cuales, por sus reducidas dimensiones, debieron servir para suspender el recipiente desde lo alto. Ambas se colocan diametralmente opuestas y son equidistantes de otras dos (bastante más grandes y situadas por debajo del cordón ornamental) que también se oponen simétricamente y cuyo mayor tamaño indica que fueron utilizadas para ser cogidas con los dedos. La superficie está bien trabajada a base de un espatulado que la aplana y de un bruñido que le confiere un aspecto brillante. A pesar de sus evidentes cualidades técnicas, está hecha a mano y es el testimonio de las primeras producciones alfareras en Aragón y en todo el Mediterráneo occidental.