Durante sus primeros meses en Detroit, Kahlo solo pintó un cuadro: una vidriera decorada para el 4 de julio que vio mientras caminaba. Es posible que la escena festiva y patriótica le haya provocado cierto consuelo a la nostálgica artista. Dijo que la vidriera "decorada con las guirnaldas de flores y las figuras de papel maché parecía una escena de México".