Este es el paisaje urbano más famoso de la edad de oro holandesa. La interacción de la luz y la sombra, el impresionante cielo nublado y los sutiles reflejos en el agua hacen que esta pintura sea una obra maestra indiscutible.
El cuadro muestra a Delft desde el sur. Se puede apreciar un ínfimo soplo de viento y la ciudad tiene un aire de tranquilidad. Vermeer reflejó esta quietud en su composición mediante tres franjas horizontales: agua, ciudad y cielo. También pintó los edificios un poco más limpios de lo que realmente estaban.