Esta pintura de Soler i Rovirosa nos muestra una auténtica fotografía de la Barcelona de 1889. Pero no se trata de una vista cualquiera. El autor describe una Barcelona con una efervescente actividad marítima, en un momento importante de cambio de la vela al vapor, y de una pequeña ciudad provinciana a una capital industrial, con proyección internacional tras la Exposición Universal de 1888. Además, Soler i Rovirosa adopta un punto de vista original, con una perspectiva tomada desde el principio del muelle de la Riba. Con ello consigue una vista de Barcelona reconocible pero diferente. El punto de vista del pintor incluso ha hecho pensar que el original estuviera montando sobre un bastidor curvado, lo que le daría un efecto escenográfico diferente.