Existen cinco ejemplares en terracota, repertoriados.
Probablemente se trata de la primera entre las obras escultóricas conocidas de Gargallo, tal vez anterior a su precoz y efímero trabajo como aprendiz de alfarero. Esta escayola original fue conservada por la familia del artista, y su hermano Luis, profesional de la vidriería artística, decidió policromarla muchos años después.
Los propios hermanos encargaron cinco ejemplares en terracota, destinados al ámbito familiar, pero luego donaron uno de ellos a Maella, con ocasión de los primeros actos de homenaje a Pablo Gargallo, en mayo de 1959 (asistieron sus hermanos Luis y Francisco, su sobrino y ahijado Pablo, su sobrino político Joaquín Ventulà, que más tarde recibiría este original de Francisco Gargallo -su anterior propietario- y lo donó al Ayuntamiento de Zaragoza en 1986), actos que incluyeron la develación de una placa identificadora en la casa natal del escultor.
El ejemplar donado a Maella se instaló, en hornacina con reja, sobre la puerta principal de su iglesia de Santa María de Jesús y, desde el 5 de abril de 1991, forma parte de los fondos artísticos y documentales expuestos en la restaurada Casa Natal de Pablo Gargallo, inaugurada y abierta al público ese mismo día.
De la comparación entre esta obra, o el Retrato de la madre del artista, ca. 1895, ambas de carácter casi infantil, y el altorrelieve titulado En la artesa, 1898, que presentó ese mismo año a la IV Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas de Barcelona, cabe deducir las excepcionales aptitudes artísticas y la notable capacidad de aprendizaje de Pablo Gargallo, considerando el corto tiempo transcurrido entre uno y otro trabajo.