La narrativa de Santiago Carbonell parte de varias mitologías desde lo griego a lo bíblico, convirtiéndose en fábulas reinterpretadas que se insertan en nuestro presente. Su pintura hiperrealista cuestiona la realidad cotidiana. Aludiendo el discurso de Platón en donde se describen dos realidades, la inteligible a la que también se conoce como Mundo de las Ideas y el mundo sensible o visible; Carbonell plantea una dualidad similar: lo aparente en contraste con lo real.