En Wall Being a Door, de 2012, Ondak borra una parte considerable del objeto y selecciona únicamente un detalle. En este caso, una manija en el muro. Elimina todo el contexto de la puerta, lo único que vemos es el rastro de un objeto común.
Esta obra presenta los intereses del artista: objetos de nuestra vida cotidiana, la representación del arte y el transporte simbólico a otro lugar más allá del espacio expositivo.
Esta apertura simbólica nos permite pensar en un afuera desde la seguridad del museo. Con este objeto hay una dualidad en la sala: un interior y un exterior que se despliegan, transportándonos a diferentes lugares.