Este traje se compone de un jubón de terciopelo con aplicaciones de seda deshilada fucsia; dos sayas, una inferior o refajo, de paño amarillo, y otra superior o manteo, de paño marrón. Encima lleva un mandil a juego con el jubón y unas caídas de talle de seda negra. Completa el conjunto un colorido cinturón o “receñidero” y se cubre la cabeza con una mantilla o “sobina” en paño bordado y rematada con un ancho volante de seda plisada. Por último, lleva una faltriquera de terciopelo y un collar de cuentas de coral, plata, pasta vítrea y azabache.
La “sobina” es un elemento muy característico de la vestimenta femenina de esta zona de Salamanca. La joyería popular de La Armuña usa a menudo el coral, al que la tradición atribuye virtudes protectoras casi milagrosas.