Entre 1948 y 1953, Carmen Herrera vivió en París, donde comenzó a desarrollar su producción artística de estilo concreto. La artista señala que fue durante esa estadía que pudo liberarse de la academia y empezó a concebir el espacio pictórico de otra manera. En Nueva York, su ciudad de residencia desde 1954 hasta su muerte, afianzó las coordenadas de un estilo pictórico en el que prima la creación de campos de color diferenciados. "West" forma parte de la etapa en la que su trabajo empieza a configurarse a través de ángulos cerrados, anulando la jerarquía de un plano sobre otro y combinando solo dos colores. Se trata de un cuadro de color azul cobalto y blanco, que presenta dos triángulos isósceles encontrados en un punto determinado cerca del centro de la tela. Una composición precisa que da cuenta de una práctica rigurosa y metódica, en línea con la afición por la arquitectura de esta pintora prolífica, que ha afirmado: “Me gustan las líneas rectas. Me gustan los ángulos. Me gusta el orden. En el mundo caótico donde vivimos, me gusta poner algo de orden. Es por eso que, supongo, soy una pintora del estilo hard edge. No soy una pintora de figuras geométricas”.
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