El cañón de esta pistola, firmado por SOLER, es característico de las armas de fuego portátiles realizadas durante la Edad Moderna en Ripoll (Gerona), famoso centro armero que produjo cañones de gran resistencia por estar forjados de forma helicoidal. El remate esférico de la empuñadura es típico de las armas de la misma procedencia, al igual que el revestimiento de la caja de madera con lámina de plata calada con roleos vegetales y cincelada.
La llave de rueda fue un mecanismo caro y delicado, pero permitía el uso de la pistola con una sola mano y gran precisión en el disparo; por ello se montó habitualmente, durante los siglos XVI y XVII, en las armas de fuego utilizadas por las élites o por la caballería militar.
Realizada a juego con otra pistola similar, si bien con la llave montada en el lado opuesto, ambas están provistas de un gancho que permitía que fueran colgadas del arzón delantero de la silla de montar, lugar en el que los jinetes de otras épocas llevaban armas preparadas para su defensa personal