La obra El invierno, en homenaje a Sebastián Márquez fue donada por el artista tras su exposición Relación de una ausencia, presentada en 2003 en el MUSA. El cuadro representa a un hombre joven que carga un niño desnudo sobre los hombros. Un paisaje sembrado de agaves sirve de escenario y aporta un relato geográfico que hace pensar en alguna zona tequilera de Jalisco. La soga que semeja una serpiente, interfiere como elemento extraño entre los libros abiertos, en un conjunto de ambiente enigmático teñido por el deseo recurrente de eliminar la distancia entre el presente y el pasado a través de la pintura.