Sin título (Construcción)

Picasso inculcó a Ángeles Ortiz que “no dejes nunca de hacer aquello que te pase por la cabeza, sin enjuiciar si estará bien o mal; pues el enjuiciar coarta”; quizá fue esta idea la que llevó al artista a su práctica de una gran cantidad de vertientes artísticas, como, en este caso, la escultura.Puede decirse que el arte de Ángeles Ortiz se desarrolla en plenitud a resultas de su vuelta a la ciudad de Granada después del exilio, de modo que nació su quehacer más personal, menos apegado a las enseñazas de otros movimientos artísticos y artistas. Cerca del final de su vida, ya impactado por su vuelta a Granada, realizó esta sutil escultura de madera pintada o velada de manera sencilla que, precisamente por esto, consigue un efecto de rudeza artesanal mezclado con una aproximación muy personal a las formas geométricas. Es en resumen un peculiar bodegón simplificado, armado o construido mediante la disposición de unas bisagras que resultan en una especial disposición de planos a lo hora de su instalación.Desde mediados de los años 70 el artista comenzó a realizar este tipo de esculturas también denominadas “construcciones”, que acusan esa influencia de lo geométrico, ejecutado de manera inexacta, en las que juega con la bidimensionalidad al disponer sus distintas partes constituyentes articuladas con esas uniones de bisagras. Estos tanteos con la escultura coinciden con el proyecto que más le motivó al final de sus días para un monumento para su amigo Federico García Lorca para el que realizó numerosas pruebas, maquetas y recortados, como la maqueta de 1971 propiedad del Excmo. Ayuntamiento de Granada.