Cuando se observa Minera de Puertollano, lo primero que sorprende de este busto es su sobriedad y su clasicismo. El escultor convierte a una mujer del pueblo en un ideal femenino. Los rasgos armoniosos, casi perfectos, de esta minera mirada, tanto ella como el escultor que la creó no están dispuestos a hacer ninguna concesión. La vida no resulta fácil pero no hay que amedrentarse, sino seguir adelante. Antonio Salcedo