El medio elegido por Ulises Mazzucca es el dibujo, utilizando materiales que fácilmente podrían clasificarse como “artículos escolares”. Las escenas que produce oscilan entre lo fantástico y lo mundano. Realizado en la misma iglesia que alberga esta exposición, su autorretrato mientras se baña nos presenta un momento de introspección. La obra refleja su experiencia de vivir en Arévalo durante dos meses, donde elementos como la torre de San Martín e impresiones fantasmagóricas se entrelazan en una sola composición. Es una meditación sobre cómo nuestro entorno puede influir en nuestra esfera interna, especialmente en momentos de reflexión y transformación personal.
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