Xochipilli

Xochipilli, “Noble Flor”, era considerado dios de la nobleza real, patrono de la flores y encarnación del Sol del crepúsculo relacionado con la fertilidad agrícola. En esta impresionante escultura, Xochipilli lleva una máscara de piel, un pectoral con la figura de un ser cubierto de espinas como el monstruo de la tierra y ajorcas adornadas con espinas o garras de animal. Su cuerpo, pintado de rojo y cubierto por un sencillo braguero o máxtlatl, está tapizado con flores con propiedades psicotrópicas como la flor del tabaco, la datura o la enredadera del ololiuhqui. Estas eran consideradas como plantas sagradas, cuyo consumo ritual propiciaba la comunicación con la divinidad. Su cabeza está cubierta con un manto orlado de plumas y labrado con los glifos del tonalli, o “calor del Sol”, formado por cuatro círculos, y el de cuatro barras paralelas que representan los puntos cardinales. En el hueco de sus manos seguramente colocaban elementos característicos de este dios, quizá flores o su cetro con remate de corazón llamado yollotopilli.Xochipilli se representó en una actitud contemplativa, sentado con las piernas cruzadas sobre un asiento profusamente decorado con flores, mariposas y el glifo del calor del Sol.Ambas piezas se encontraron en el pueblo de Tlalmanalco, en la región de Chalco. De acuerdo con la mitología nahua, Xochipilli fue engendrado por la pareja divina formada por un dios solar llamado Piltzintecuhtli y por Xochiquétzal, joven diosa de la tierra; en la versión chalca de este mismo mito, el hijo de la pareja sol y tierra es Cintéotl, el dios del maíz, con el que Xochipilli comparte varios atributos.Arqlga. Bertina Olmedo Vera.